La Massa

La historia de la bodega La Massa , una realidad reciente en el panorama vitivinícola italiano, es verdaderamente curiosa. Todo sucede por voluntad del empresario Giampaolo Motta (sector del cuero) que, desde muy joven, queda hechizado por el encanto y la elegancia de los vinos de Burdeos y por ello decide que un día los reproducirá en suelo toscano. Tras una corta trayectoria en el negocio familiar, decide dar el paso e invertir en su sueño. Estudió en el instituto del vino de Burdeos, volvió a Italia y comenzó una serie de experiencias en algunas conocidas empresas de la zona de Chianti, pero luego, más tarde, llegó el gran paso: compró la finca La Massa. Estamos en el corazón del Chianti Classico , pero como decíamos, Giampaolo tiene otra cosa en mente; de hecho, después de diez años, dejó el Consorcio de Chianti Classico, con una sola idea en mente: producir vinos a la "manera de Burdeos". La finca La Massa está en la zona de Chianti Classico, con suelos ricos en margas, pero la peculiaridad está representada por el hecho de que este tipo de suelo es realmente muy variado en cuanto a sus microcomponentes, que difieren de vez en cuando, dependiendo de la zona; esto hace que cada Cru sea único. También por este motivo, las uvas se recolectan en diferentes épocas, desde finales de agosto para las más tempranas como Merlot , hasta mediados de octubre para Cabernet Sauvignon y Sangiovese . La bodega está equipada con diferentes tipos de barricas, especialmente barricas de roble francés, que dan una fuerte personalidad a cada vino. La Massa tiene una concepción de la producción diferente al resto de productores de la denominación. Por ejemplo, la etiqueta homónima " La Massa" es una mezcla de Sangiovese, Cabernet Sauvignon y Merlot y pretende simbolizar el encuentro entre los vinos de Chianti y Burdeos. El segundo vino de la empresa, el " Giorgio Primo ", es un blend bordelés que, en realidad, representa mejor las habilidades de Gianpaolo y encierra toda su pasión en una sola botella, para evocar la memoria de su abuelo Giorgio, a quien le había prometido dedicarle un gran sello, acertando plenamente en su propósito.