ebullición amarilla

Es una vid autóctona friulana, probablemente "importada" por comerciantes venecianos hace mil años desde Dalmacia. Su tierra preferida es sin duda el Collio; sea friulana o eslovena, la Ribolla Gialla no hace distinciones, salvo en el nombre: de hecho, al otro lado de la frontera la llaman Rebula. Nunca se ha extendido a las llanuras, prefiriendo suelos secos y montañosos donde da lugar a vinos intensos y estructurados. Tras un periodo de olvido, Ribolla Gialla fue redescubierta a principios de los 90 gracias a pequeños productores, deseosos de mantener vivo el vínculo con el territorio y la tradición. En las colinas soleadas de margas y arcillas, la uva se destina normalmente al todavía Ribolla; en cambio, del natural se obtienen los frutos para producir tanto la versión sin gas como la espumosa. De Ribolla Gialla se obtiene un vino muy agradable en el que emergen aromas “varietales” que evocan cítricos, fruta blanca, en especial manzana y recuerdos herbáceos. En boca tiene una buena estructura en la que predominan las notas de frescor y sapidez y una graduación moderada que lo hace fácil de beber. La acidez, a menudo punzante, hace que el vino sea ágil, y hace excelentes maridajes con platos grasos . Y es precisamente gracias a la acidez que la Ribolla Gialla se presta para convertirse en un espumoso , tanto con el método Martinotti/Charmat como con el Método Clásico, dando en ambos casos un espumoso fino y elegante, verdaderamente intrigante.