Vinos de Umbría 

La viticultura de Umbría, como la mayor parte del territorio italiano, tiene una historia que tiene sus raíces en la noche de los tiempos, pero solo en los últimos 50 años ha experimentado un renacimiento significativo en términos de cantidad y sobre todo de calidad producida. En 1968 vemos la concesión del primer DOC de Umbría (Torgiano DOC), seguido en 1990 por el reconocimiento del primer DOCG (Torgiano Rosso Riserva DOCG). Sagrantino, el vino tinto más importante de Umbria, ve el reconocimiento de la DOCG en 1992 (Montefalco Sagrantino DOCG). De tamaño pequeño, Umbría, con sus 17.000 hectáreas de viñedo y una producción de poco más de un millón de hl de vino/año, presenta una elevada relación entre superficie de viñedo y superficie total disponible. La morfología predominantemente montañosa hace de Umbría una región particularmente adecuada para la vid: de hecho, se caracteriza por rendimientos medios de uva por hectárea bastante bajos (8,7 t/ha), uno de los requisitos fundamentales para la producción de vino de calidad. Grechetto, una uva autóctona, es la más importante de las de bayas blancas. Está muy extendida en toda la región y con ella se elaboran tanto blancos puros como vinos de mezcla, por ejemplo con Chardonnay. Otras uvas de bayas blancas son Malvasia Bianca, Trebbiano Toscano, Verdello, Canaiolo Bianco y Procanico. Sagrantino, a pesar de su limitada presencia en Montefalco, produce los vinos tintos más representativos. El área de Montefalco se encuentra al este de Perugia; los vinos producidos exclusivamente con Sagrantino son reconocidos, como hemos visto, la DOCG. Sagrantino es un vino robusto y potente, con una notable carga tánica y una importante riqueza organoléptica capaz de producir vinos apreciados en todo el mundo. Las uvas de bayas negras también presentes en Umbría son Sangiovese, Ciliegiolo, Canaiolo Nero, Montepulciano, Barbera, además de las clásicas vides "internacionales".