Ceci

Los Cantine Ceci fueron fundados por Otello, un posadero de la zona baja de Parma. Todo empezó en 1938 en su restaurante, donde se comían los mejores callos de la provincia y donde Otello mezclaba el Lambrusco que elaboraba, comprando la uva a los agricultores locales.
Sus hijos Giovanni y Bruno eran todavía niños, pero ya habían entendido la fascinación de pisar uvas en la estación de la vendimia cautivadora. Se abandonó así el negocio de la restauración para dar paso a la aventura de Cantine Ceci.

Es una tradición que se transforma y evoluciona en su continuidad y que hizo que los hermanos Ceci descubrieran su amor por la uva, por el vino y por esas cubas poéticas y burbujeantes, inspirando su trabajo y sugiriendo sus metas a perseguir.

Los nietos de Othello continúan este camino: Alessandro, Maria Teresa, Maria Paola, Elisa y Chiara; son ellos quienes representan el alma nueva de la empresa y ayudan a dar un nuevo impulso a lo hecho anteriormente, a construir cimientos aún más sólidos para los que vendrán después de ellos; hablar a través del territorio y expresar lo que esta tierra es capaz de dar, sin mistificaciones, centrándose en la gran calidad de lo que ofrecen en el mercado del vino, sin descuidar la innovación del producto, tanto desde el punto de vista organoléptico como estético, llegando a distribuir los vinos espumosos y el Otello Nerodilambrusco en una botella cuadrada única en el mundo.

La rápida expansión comenzó en la década de 1990, con el nacimiento de Lambrusco Terre Verdiane , con el que esta variedad experimentó una nueva juventud y un prestigio inesperado. Todo esto, y las profundas raíces locales, mantienen a Cantine Ceci firmemente en el territorio y juntos permiten que sus miembros no tengan miedo de expandirse y de hecho colaborar todos los días en la certeza de sus propios valores y del hecho de que ninguno de ellos no viviría en ningún otro lugar sino aquí.