Bortolomiol

El nombre Bortolomiol es, objetivamente, una parte integral de la historia de Prosecco. Ya en el siglo XVIII encontramos constancia de Bartolomeo Bortolomiol, el antepasado que primero empezó a hacer vinos y a creer en el territorio. Su ejemplo sobrevivió intacto hasta mediados del siglo XX, cuando Giuliano Bortolomiol, fundador de la actual empresa de vinos espumosos, partió de cero, creyendo en la calidad y el futuro del Prosecco . En la inmediata posguerra, la vista de los viñedos abandonados lo llevó a desarrollar la conciencia de tener una misión que cumplir y luego compartir: el renacimiento de los viñedos y sobre todo la revalorización del Prosecco a nivel nacional. Entre los fundadores de la Cofradía de Prosecco en 1946 y, más tarde, de la Mostra dello Spumante (hoy Forum Spumanti d'Italia), Giuliano Bortolomiol fue también un experimentador del método Martinotti-Charmat, siendo el primero en producir Prosecco brut (tradición lo tiene en el más suave, es decir, ExtraDry). Hoy su sueño se ha hecho realidad y Prosecco, tras obtener la denominación DOCG, se ha convertido en un vino apreciado internacionalmente. El relevo generacional ha traído una novedad absoluta: hoy las 4 hijas de Giuliano dirigen la empresa; una rotación también alejada de la tradición del bodeguero "masculino", pero muy eficaz e innovadora: el compromiso de las mujeres de Bortolomiol, en efecto, se dirige no sólo a afirmar con orgullo una visión femenina del trabajo, sino sobre todo a aportar una nueva feminidad al mundo del vino, que para las mujeres bortolomiol significa sobre todo una mayor sensibilidad hacia el territorio. Desde proyectos de agricultura consciente y sostenible, hasta la atención a toda la cadena productiva, de hecho, la feminidad ha pasado a formar parte del trabajo diario en la explotación, hasta extenderse a otras realidades.