La Fornace

La Fornace es una pequeña bodega con orígenes muy antiguos: este edificio ya existía en 1490 y en realidad era un horno de ladrillos. Ciertamente han pasado siglos, pero permanece el indiscutible encanto de este lugar que en 1964 fascinó a Giuseppe Giannetti quien, como antiguo aparcero, compró la finca con unas 2 hectáreas de terreno y media hectárea de viñedo. Giuseppe provenía de generaciones de agricultores y productores de vino y aceite, pero como ocurría en aquellos días, los pequeños productores no embotellaban su propio vino, sino que lo vendían a bodegas más grandes. Tenemos que llegar a 1975 para una pequeña ampliación de la finca: el hijo Franco y su mujer Germana tienen la posibilidad de comprar otros terrenos cerca de los viñedos propios, pero recién en 1987 con el Rosso di Montalcino y en 1988 con el Brunello di Montalcino hace el proceso real de producción propia con el embotellado de Rosso y Brunello di Montalcino. La primera producción de la época se limitaba a 1000 botellas de vino por tipo, mientras que hoy, con unas 5 hectáreas de viñedo, las botellas etiquetadas son unas 18.000 botellas al año, en los mejores años; el potencial de la empresa podría rondar las 30.000 botellas, pero se busca la máxima calidad sin concesiones. En 1998 Franco y Germana decidieron que era hora de emprender otra aventura, por lo que dejaron las riendas de la empresa a su hijo Fabio. La edad de las vides es de entre 14 y 46 años, los terrenos están ubicados en el lado noreste del cerro Montalcino a una altura de unos 400 metros y están compuestos por orillas arenosas con presencia de arcilla. Todos los elementos que se combinan para sentar las bases de una viticultura de alta calidad. La Fornace sigue las reglas de la Naturaleza para sus productos tratando de limitar al máximo cualquier agente externo y contaminante y el objetivo es respetar el curso natural de las estaciones y el tiempo; por ello, el trabajo es absolutamente artesanal y estrictamente limitado a los miembros de la familia.