Baron Edmond De Rothschild

La larga historia de pasión entre la familia Rothschild y el vino se remonta a 1853, año en que James compró el famoso Château Mouton Brane en el departamento de Gironda, en Pauillac. Un siglo más tarde, Edmond, uno de los descendientes más innovadores e intuitivos de la dinastía, compró dos nuevos "Crus Bourgeois", a saber, Château Clarke y Château Malmaison y fundó Baron Edmond De Rothschild Wine Company. Suyo es el mérito de haber sabido combinar la larga tradición familiar con la reestructuración de las plantas y viñas. Además, animado por el deseo de expandir el negocio de la Maison, decidió comercializar sus vinos también fuera del área de Burdeos. En la actualidad, la empresa cuenta con numerosas sucursales en todo el mundo y está dirigida por Benjamin, hijo del barón Edmond. Los dominios más famosos de la compañía Baron Edmond De Rothschild se encuentran en Pauillac, en la zona oeste de Burdeos. Estamos en el corazón del Médoc, una de las zonas vitivinícolas más reconocidas de Francia, sobre todo por la producción del vino símbolo de esta parte del país, Burdeos. Cabernet Sauvignon y Merlot se encuentran sin duda alguna entre las variedades que se cultivan en los Crus de la empresa. El trabajo en la viña se lleva a cabo en pleno respeto de los ritmos naturales y del ecosistema, mientras que cada etapa del proceso de producción se sigue con un cuidado minucioso y atento. El resultado son excelentes vinos, situados en el nivel más alto de la clasificación de Grand Crus franceses. La excelencia de los vinos de la bodega Baron Edmond De Rothschild parte del famoso Château Lafite, domaine en el que nacieron etiquetas consideradas un verdadero "néctar de ambrosía de los dioses", como le gustaba llamarlas al cardenal Richelieu. Hoy la línea de vinos de la célebre bodega incluye algunos ejemplares nobles como el Pauillac 1er Cru "Château Lafite Rothschild", el primero en haber obtenido la clasificación de Premier Cru en 1885, y productos como el Légend R, un bordelés apto para la mesa diaria. El rasgo común de cada etiqueta es el de representar fielmente la expresión típica de uno de los terruños más aptos para la elaboración de vinos extraordinarios.