The Vintage Malt Whisky Company

El nacimiento de The Vintage Malt Whiskey Company, también conocida hoy por las siglas VMWC, se remonta a 1992. El objetivo que guió al fundador, Brian Crook, aparece inmediatamente muy claro: el de facilitar al máximo la fase de selección y suministro de los mejores “single malts” escoceses al consumidor final que de otro modo difícilmente tendría acceso a ellos. Lo que Brian se da cuenta antes de su tiempo es que es necesario crear una red entre los diferentes productores, es decir, destilerías ubicadas a veces a grandes distancias, entrelazando relaciones de confianza con ellos. Entre las muchas realidades que todavía hoy ostentan una impronta artesanal, la empresa selecciona y garantiza a sus clientes auténticas joyas, dotadas de un encanto atemporal. La fortaleza comercial de esta empresa le permite ofrecer whisky de la más alta calidad directamente al menudeo, un resultado que las destilerías individuales no lograrían fácilmente. De hecho, si las destilerías escocesas hasta hace un siglo superaban con creces el centenar, hoy en día hay algo menos de veinte que todavía elaboran whisky de forma independiente. Se caracterizan principalmente por una gestión familiar, que manteniendo un fuerte vínculo con la dimensión artesanal, corre el riesgo de no poder alcanzar una fuerza de distribución suficiente, que se muestra capaz de hacer llegar este preciado destilado a los numerosos entusiastas, dispersos por todo el mundo. El resto de las destilerías en Escocia son actualmente propiedad de muchos gigantes del lujo, en lugar de multinacionales. Por ello, la elección de Vintage Malt Whiskey Company es potenciar al máximo las realidades locales, custodios de una tradición única. Actualmente, la Vintage Malt Whiskey Company logra exportar más de doscientas mil botellas al año, a más de veinte países: su papel en la difusión del destilado escocés es realmente precioso.