La Lomellina

La historia enológica de La Lomellina parte de muy lejos y está ligada, en cierto modo, a la historia del desarrollo urbanístico de la ciudad de Génova. De hecho, se dice que a finales del siglo XVI, seis poderosas familias genovanas, entre ellas los Lomellini, se dedicaron a la renovación arquitectónica y urbanística de la ciudad. Era costumbre construir palacios representativos en la ciudad y poseer fincas de descanso en el campo, donde pasar las vacaciones o los momentos de ocio. Lo mismo hizo Giacomo Lomellini, primer propietario de la finca La Lomellina. Hizo construir una hermosa finca en el bajo Piamonte cerca de Gavi, un área famosa por la producción de buen vino. Las tierras de la villa, sin embargo, se dedicaron al cultivo de muchos productos agrícolas a excepción de la vid. Fue uno de los descendientes, Marco Lomellini, quien fue tan ilustrado que plantó el primer viñedo para la producción de uvas. Su empresa fue luego retomada por el nuevo propietario de la villa, Edilio Raggio, quien a finales del siglo XIX introdujo la vid Cortese, que es hoy la base de la producción del vino Gavi. Desgraciadamente, sin embargo, siguieron los años de la difusión de la filoxera, un parásito que destruía las plantas de vid. La familia Raggio no perdió tiempo y se comprometió a replantar nuevos viñedos para continuar con el negocio del vino que continuaría con éxito hasta el día de hoy. Los viñedos se manejan con el cuidado y la pasión que ha distinguido el negocio de la empresa durante siglos. El respeto por el medio ambiente circundante está garantizado por la eliminación de productos químicos y pesticidas. La vid se cultiva respetando su ciclo natural con las oportunas podas, deshojes y aclareos de los racimos para mantener elevado el nivel de calidad de los vinos.