Dominique Gruhier

Borgoña, tierra francesa donde el vino encuentra la oportunidad de expresar mejor su potencial, es la cuna amorosa de la bodega Dominique Gruhier. El terroir que alberga los viñedos de Gruhier ofrece todo lo necesario para la maduración de uvas de calidad: ricos suelos arcillosos, intensa exposición al sol y una cultura por el arte del vino que hunde sus raíces en una tradición vitivinícola centenaria. Una zona tan apta para la producción de excelentes vinos que cuenta con la prestigiosa clasificación AOC desde 1935. La historia de la finca Gruhier es larga e intensa, que vio sus inicios en el 1200, cuando los monjes cistercienses establecieron su residencia y comenzaron la producción de vino, en la sugerente Abadía de Quincy, ubicada en los valles franceses de Epineuil. Así nació el Dominio de la Abadía de Petit Quincy. Pasando a manos de la familia Gruhier en la década de 1990, el dominio aún mantiene su perfil como una realidad capaz de producir vinos franceses que saben ser amados hasta por los paladares más exigentes. Desde 2010, comprometida con la aplicación de técnicas de cultivo ecológicas, y siempre respetuosas con la naturalidad del vino, trabajado de forma acorde a sus tiempos y características, la bodega gestiona grandes viñedos que albergan más de 200.000 cepas repartidas entre los territorios de Chablis y Epineuil. Las uvas producidas rozan la perfección y expresan toda la elegancia de las cualidades autóctonas francesas: hileras de Chardonnay, Pinot Grigio y Pinot Noir maduran bajo un sol generoso mientras se nutren de una tierra rica en yacimientos minerales y residuos de origen marino. De los blancos a los tintos, pasando por las animadas versiones rosadas, los vinos Gruhier cuentan con especialidades vinificadas en solitario, como el prestigioso pero democrático Bourgogne Epineuil Cuvée Juliette, el potente Bourgogne Epineuil L'Ame des Dnots y el aromático Chablis Premier Cru. Se acompañan de espumosos blends de gran clase y potabilidad, en los que se mezclan uvas Chardonnay y Pinot Noir, excelentemente representadas por el Cremant de Bourgogne tanto blanco como rosado.