Cattier

La historia se remonta a 1625, y probablemente incluso más allá, cuando la familia Cattier comenzó a plantar vides en Chigny-les-Roses, en el corazón de la Montagne de Reims . Desde entonces la bodega se ha ido transmitiendo a través de 12 generaciones. Hoy, Alexandre Cattier se ha convertido en la decimotercera generación de Cattiers en trabajar las vides y la cuarta en producir su propio champán cuando toma las riendas de la empresa, junto con su prima Agathe, que se ha convertido en subdirectora general, y Marie, las nuevas embajadoras de la marca. Bajo el liderazgo de Jean-Jacques Cattier, Champagne Cattier floreció gracias al arduo trabajo, el coraje y la audacia de los hombres y mujeres de la familia. Impulsados por la pasión por el vino y la tierra en la que trabajan, cada uno de ellos ha contribuido a hacer de Cattier la marca que es hoy, dedicada a preservar y transmitir la excelencia heredada. La mayoría de las bodegas de Cattier se encuentran debajo de la finca familiar en Rilly-la-Montagne , donde se pueden almacenar hasta dos millones de botellas. Estas bodegas tienen más de siglo y medio y aún conservan las huellas de quienes se refugiaron allí para escapar de las bombas de la Segunda Guerra Mundial. Con 119 escalones a un lado y 136 al otro, estas bodegas se encuentran entre las más profundas de la Champaña (casi 30 metros de profundidad). Tradicionalmente, la profundidad de la bodega se ha medido en pasos, un vestigio de los días en que los constructores no tenían métodos más avanzados para medirla. Además, se excavaron en tres niveles diferentes, con tres estilos de arco distintos: gótico, romano y renacentista. Estas cavas ofrecen las condiciones ideales para la maduración de las botellas: temperatura constante y protección de cualquier perturbación. Aprovechar al máximo la bodega es uno de los objetivos de la familia, por lo que el Brut Premier Cru pasa allí más de cuatro años, aunque la especificación exige solo 15 meses. Las botellas más prestigiosas, sin embargo, requieren más de 8 años de reposo en bodega para abrirse y desarrollar sus aromas únicos.