Pelissero

En Treiso, en la cuna del gran Barbaresco, los miembros de la familia Pelissero se dedican a la pasión por su tierra y por la elaboración de grandes vinos desde los años 60. Han pasado tres generaciones desde entonces, pero el lema que las inspira es siempre el mismo: "Cultivando sueños, cosechando pasiones".Nebbiolo, Barbera y Dolcetto son las variedades de uva que cubren la mayor parte de la superficie de viñedo, todas autóctonas y todas de gran arraigo. colinas suaves y acogedoras, enclavadas en un paraje espectacular, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sí, esta misma zona es el origen de un terroir único, gracias al río Tanaro que riega los campos, a los Alpes que se asoman para admirar los viñedos y en sus clásicas brumas otoñales, la Langa acoge y abraza de la mejor manera posible a esta familia y su vino, pero a pesar del intenso vínculo con las tradiciones, el secreto de su éxito reside también y sobre todo en la continua investigación y el dinamismo innovador, primero en en la viña y luego en la bodega, lo que les ayuda a devolver todo el cariño que da la tierra y a hacerla brillar como se merece. Entre las etiquetas más significativas, Nebbiolo destaca por su sus notas elegantes, así como su declinación en los Barbarescos “Nubiola”, “Tulin” y “Vanotu”; estos vinos expresan, con su rojo rubí brillante y seductor y con la finura de las notas olfativas más delicadas, todo el carácter y la fuerza del territorio de origen. Luego llegamos a los vinos más cotidianos como el Dolcetto D'Alba "Augenta" y el Barbera "Tulin", expresiones descaradas de la Langa. La familia Pelissero también está muy ocupada comercializando sus vinos, llegando a producir unas 250.000 botellas al año, distribuyéndolas en casi medio centenar de países de todo el mundo, consiguiendo así conquistar la mente de los más curiosos y atraer a los bebedores más expertos.