Masseria Li Veli

Mucha experiencia y un gran objetivo están detrás del nacimiento de Masseria Li Veli. La experiencia proviene de la familia Falvo, con más de 40 años de experiencia en el sector del vino, primero como fundador de Avignonesi en Montepulciano y luego, nuevamente en el área de Siena, de Classica, el primer distribuidor nacional de vinos de calidad. El objetivo: dar vida a un proyecto de alta calidad en Puglia, una región con tradiciones vitivinícolas muy antiguas, lamentablemente conocida (en ese momento) solo por la producción de grandes cantidades. Así en 1999 la familia Falvo compró y refundó la Masseria Li Veli que nació como bodega, a principios del siglo XX, sobre las cenizas de un edificio bajomedieval, del que hoy sólo quedan algunos vestigios incorporados a la estructura actual, completamente reformada. . Su antiguo fundador, el marqués Antonio de Viti de Marco, economista de Lecce de renombre internacional, en las primeras décadas del siglo XX hizo de Li Veli una bodega que fue tomada como modelo en todo el Sur. La finca hoy se levanta sobre un antiguo sitio mesapio que domina la fértil y soleada llanura de Salento y con los Falvos todo ha renacido y la finca perfectamente restaurada es el hogar de Edoardo y Alfredo Falvo quienes, además de un esmerado cuidado en la viña, elaboran vinos en perfecta simbiosis con su tierra: se elaboran a partir de viñas autóctonas, respetando la historia y tradición del territorio, aportando ese saber agronómico y enológico imprescindible para conseguir elegancia, frescura y amabilidad. Uvas como Negroamaro, Sussumaniello, Primitivo, Fiano, Malvasia Nera, Verdeca y Aleatico son las auténticas protagonistas del renacimiento enológico no sólo de la bodega, guiada a nivel enológico por uno de los más reputados enólogos italianos, Riccardo Cotarella, sino de la toda la región. Las 48 hectáreas de la propiedad están dedicadas a la viticultura, cuidadosamente cuidadas siguiendo las antiguas tradiciones de cultivo locales, apoyadas en modernos conocimientos agronómicos porque sabemos que los grandes vinos nacen solo de grandes uvas.