Calò Michele e Figli

Estamos en el corazón de Salento, precisamente en Tuglie donde, en 1954, Michele Calò fundó su bodega. Definitivamente un precursor, porque en la época la tradición requería la venta de la uva cosechada, o del vino producido, a terceros. Eran productos muy toscos, muy alcohólicos, a menudo imbebibles, mayoritariamente utilizados para cortar los vinos débiles del norte de Italia y Francia. Michele toma el camino contrario: cree en el potencial de su territorio y, sobre todo, de las vides autóctonas como Negroamaro, Primitivo, Malvasia Nera di Lecce y Verdeca. Así nacen vinos únicos, con fuerte personalidad y en armonía con el territorio. De hecho, gracias a una viticultura dedicada a la calidad absoluta, Michele Calò siempre se ha destacado como uno de los primeros productores de vinos de calidad en Salento. Hoy, años después, sus vinos se venden en todo el mundo; esto también se debe a sus hijos Fernando y Giovanni quienes, con la misma pasión y talento de su padre, siguen actualmente las diversas actividades de la empresa. En la finca Michele Calò, las variedades históricas siempre han sido la base de la producción: uvas con una fuerte personalidad, para vinos importantes y elegantes, capaces de suscitar emociones intensas incluso entre los aficionados más exigentes. Los viñedos de la empresa, ubicados en las parcelas más favorables de los municipios de Tuglie, Alezio, Parabita y Sannicola, surgen sobre suelos de diferentes características y eso le da a los vinos peculiaridades que se destacan con maestría en cada etiqueta. Los "Mjere" blancos y tintos representan las mejores cartas de presentación de la bodega, aunque, siguiendo la mejor tradición de Salento, los rosados son los verdaderos abanderados de la elaboración de Calò: el Cerasa y el Mjere Rosato, ambos a base de Negroamaro, elegantes, fresco, fragante, la verdadera expresión de Salento.