Adami

La bodega Adami es una realidad histórica de Prosecco: durante casi un siglo, y por lo tanto durante varias generaciones, la familia Adami ha sido un punto de referencia para las burbujas de Treviso. Todo comienza con Abele que compra un pequeño viñedo y comienza la producción de este extraordinario vino espumoso. La sede de la bodega está en Vidor, una de las zonas con mayor vocación para la elaboración de Prosecco. Aquí, la tierra, las exposiciones e incluso el clima son perfectos para cultivar glera, la uva utilizada para producir Prosecco. Y aquí encontramos el famoso "rive", es decir, aquellas partes del cerro, mayoritariamente empinadas (llega al 70% de pendiente) y aterrazadas, donde siempre se ha cultivado la glera. Cada orilla da un producto con características diferentes, en términos de uvas: verdaderos crus franceses, que luego caracterizan los diversos vinos espumosos producidos, destacados en la etiqueta. Un trabajo arduo, laborioso, en condiciones difíciles, desde el punto de vista ambiental, pero que da sus frutos en cuanto a la caracterización del producto según el territorio. Naturalmente, los procedimientos de elaboración deben realizarse estrictamente a mano, al igual que la vendimia, y separados para resaltar las características peculiares.
Actualmente los hermanos Armando y Franco Adami, enólogos, lideran la empresa; tienen una visión moderna y personal de la producción, lo que ha dado una identidad precisa a toda la línea de vinos Adami, que de esta manera ha conocido un gran éxito tanto en Italia como en el extranjero. De hecho, son muchos los países del mundo que aprecian la producción de Adami y que la identifican como modelo de calidad del trabajo realizado en Italia durante generaciones.