Chase Distillery

La historia de la destilería Chase coincide con la de un hombre, William Chase, y con su extraordinaria aventura. William era un agricultor de papas de Herefordshire y un día, después de veinte años de trabajo en el campo, recogió una papa y se dio cuenta de que podía hacer algo grandioso.

De la intuición de William Chase, nacieron primero las papas fritas Tyrrels, que se hicieron famosas en todo el mundo, seguidas por el vodka Chase. Durante un viaje a Estados Unidos para promocionar a los Tyrrel, William visita una pequeña destilería de patatas y queda fascinado con ella. Cuando regresa a su granja de Herefordshire, compra un alambique tradicional y luego una columna de rectificación y comienza sus primeros experimentos de destilación. Era 2004: serán necesarios cuatro años de ensayos y pruebas para que el primer vodka salga al mercado.

La idea de William no fue fácil de implementar y requirió paciencia y sacrificios: se trataba de producir un vodka de patata de la mejor calidad sin recurrir a filtraciones excesivas que lo privaran de sus características primarias. En junio de 2008 salió al mercado el primer vodka y de inmediato se convirtió en objeto de gran reconocimiento, premios y galardones. El secreto del vodka Chase lo desveló William, contando el momento preciso en el que nació la versión definitiva de su vodka: “16 toneladas de patatas solo hacían 1000 litros de alcohol. Después de 40 horas de trabajo fue abrumador, pero fue prueba de la gran calidad lograda”.

Hoy, a partir de su vodka de patata, William Chase también produce ginebra, a través de la infusión de botánicos refinados y de calidad. Son destilados que encarnan la pasión de William por la excelencia y la artesanía pero, sobre todo, la energía de la tierra y uno de sus grandes frutos: la patata.