Cascina Fornace

Enrico Cauda, junto con su hermano menor Emanuele, fundaron Cascina Fornace en 2009 allí mismo, donde años atrás el bisabuelo había construido un horno para cocer ladrillos: de ahí el nombre. El año de nacimiento de la bodega coincide con el despido de Enrico de su trabajo en la ciudad y, gracias a la pasión por la ecología, por la sostenibilidad medioambiental y por la tierra, nace esta pequeña bodega que tiene una filosofía de vida precisa: sí siguen los dictados de la agricultura ecológica, pero yendo más allá, se eliminan totalmente los productos químicos de síntesis y se descarta cualquier tipo de tratamiento que perjudique la salud del ecosistema circundante. De hecho, en la tarjeta de presentación de la empresa se lee: “Confiamos en los 5 centímetros de humus que se formarán bajo los árboles cada mil años”. Respeto, cuidado, coherencia y fidelidad a la Naturaleza: esta es la impronta indiscutible de Cascina Fornace. Una pequeña bodega muy arraigada en los arenales de Santo Stefano Roero que hoy cuenta con 4 hectáreas de viñedo íntegramente dedicadas a las variedades típicas de la zona: Arneis y Nebbiolo. De estos pequeños viñedos, todos ellos ubicados en distintas zonas, caracterizados por suelos arenosos, pendientes pronunciadas y altitudes que alcanzan los 350 metros, surgen algunas de las etiquetas más valientes y emprendedoras del Roero actual. En la bodega, los pequeños volúmenes permiten a Enrico y Emanuele trabajar libremente, incluso experimentar. Los contenedores utilizados son los más diversos, desde tanques de hormigón hasta toneles, barricas y tanques de acero. Sin embargo, algunos elementos unen los diferentes resultados obtenidos: la finura de todos los vinos producidos y la identidad con el territorio que expresan, unánimemente. Cascina Fornace es el testimonio de que el trabajo duro del mundo campesino es capaz de retribuir los esfuerzos producidos y hoy los hermanos Cauda, enólogos de primera generación, son testimonio vivo de ello.